Un nuevo paradigma ha llegado en unas horas, nuestra historia tendrá una alta frecuencia cardíaca en los próximos meses, en dónde miles de personas no creerán en la realidad que este sucediendo, o no la creen aún ante el hecho histórico de nuestra época. La victoria de un Movimiento Social que se define de izquierda en México abrirá una nueva era en el país, habiendo derrumbado un sistema oligárquico de poderes impunes. Sin embargo, esta nueva era tendrá ahora mucha más demanda de los 30 millones de votantes (53% sin necesidad de una segunda vuelta, cosa democrática que todavía no hay en México), pero que elegimos, decidimos y votamos por Andrés Manuel López Obrador.
Se tratará de a dormitar aquella noche del 1º julio del 2018 teniendo en cuenta un nuevo rumbo en el escenario político, social, cultural, económico y geopolítico en México, significando un cambio ideológico, y reposicionará elementos olvidados como parte del espíritu de lucha política.
Teniendo la fortuna que en el próximo 2º de octubre se cumplirán 50 años del punto de inflexión de la historia en México que nunca se olvidó para muchos voluntarios, estudiantes, obreros, trabajadoras del hogar, manifestantes, intelectuales, académicos, organismos sociales, luchadores de calle, amplios sectores de la sociedad civil, sucediendo lo que bien nos diría, Gilberto Guevara Niebla, una de las voces de mayor fortaleza del movimiento estudiantil de 1968, “La represión de Tlatelolco clausuró un largo ciclo de acciones de fuerza contra expresiones autónomas de la sociedad”.
En México 50 años después, si tenemos algunos cambios de expresiones “autónomas” en la sociedad y otros muy poco o nada. El movimiento estudiantil de 1968 mantuvo convulsionado a todo el país, sobre todo la extensión en diferentes sectores y medios de la sociedad. Y en estos momentos estamos repitiendo parte de esos elementos que harán un nuevo sistema o régimen democrático, con muchas nubes grises por redefinir en la administración pública del entrante gobernante, sin embargo, deberá esta vez darse un verdadero rumbo hacia la democracia.
“El desarrollo político de México desde 1977 ha sido híbrido”. Si tenemos libertad de expresión, pero a medias, en estos momentos tenemos mucho más victimas de la violencia por su “libertad de expresión” en el ámbito periodístico, que son parte del olvido ante las palabras que puedan emplear de crítica o porciones de búsqueda de la verdad ante hechos impunes que suceden en sus localidades.
Durante estos últimos años se ha venido votando por “creencias” políticas de modelos neoliberales que han querido posicionar a México como una potencia desarrollada en la urbe mundial, ¿funcionó?, ¿qué quiere verdaderamente el país con la Democracia? ¿hacer de una mejor calidad de vida cada individuo de la sociedad? ¿combatir la impunidad y corrupción con la que el sistema se ha mantenido a lo largo de décadas? ¿crear nuevas facultades institucionales para la lucha de la transparencia y pluralismo político en el ejercicio del poder? ¿reestructuración del sistema de partidos políticos? ¿se verán las necesidades y prioridades que son muchas para la sociedad mexicana?, Sí, unas de raíz, importantes que se deberán formular y consensuar. Y asimismo, otras que deberán perpetuarse como bases sociales para la transformación cultural.
Me parece que el país apenas comienza a consolidar su forma ideológica de lo qué realmente muchos queremos ver, ciertos cambios tanto educacionales como culturales que podrían dar base de definición para ser una potencia mundial desarrollada, aunque para esto aun falte mucho tiempo. Pero ya han pasado 50 años donde en países que vivieron también una dictadura “no perfecta”, de aquel Mayo Francés, Primavera Checa, Verano Californiano, Hippies, artistas de toda cultura y música, estos, sus hijos, nietos y bisnietos (ahora le llaman Baby Boomers, Millennials, Generación X ) aun se encuentran inmersos en la responsabilidad que tienen sus actores políticos frente a sus contextos de vida, y que estarán conectados ya no solo por una pantalla mediana o grande por la noche, sino en tiempo real de su día, como un pueblo comunicado que estará observando como representantes de gobierno (con dispositivos de mayor portabilidad y virtualidad),temas como la sostenibilidad ambiental, la pobreza, desigualdad, falta de oportunidad educativa, derechos de decisiones individuales de la mujer y el hombre, irregularidades, falta de libertades, etc. Teniendo la oportunidad de expresas sus comentarios, demandas, criticas y autocríticas. Esperando que se pueda generar una democratización online de la comunicación.
En un contexto de hace 50 años son los experimentos con la forma de vida, la sexualidad, las relaciones, el racismo, las comunas y las drogas que fueron demandas públicas, y cundieron entre quienes pertenecían a grupos políticos más comprometidos, en Estados Unidos los “sesentayochistas” eran un grupo diverso en lo tocante a sus credos o filiaciones de índole política. 1968 fue una época en la que surgió en todo el mundo una multitud de movimientos sociales; La guerra de Vietnam que era el catalizador de protestas radicales, algunos grupos maoístas, que tenían mucho menos influencia que en Europa, los Panteras Negras, y el auge Feminismo, de una tendencia mucho más incluyente.
Hoy en un México donde la gente sigue teniendo un mayor margen de pensamiento conservador y tradicionalista, (82,9% son católicos según INEGI 2017), se ha ido poco a poco trabajando hacia la creación de libertades plenas para cualquier mujer y hombre.
Los temas que nos corresponden seguir debatiendo a partir de una participación política, serán cada vez más acaloradas tanto para ellos (los conservadores) como para nosotros los: pro- Ecologistas- Ambientalistas, pro- Respeto a la Decisión de la Mujer en su cuerpo teniendo un aborto, esto es un derecho de la mujer que debería ser universal, pro- Legalización de la marihuana para el combate al crimen organizado mediante políticas de salud y económicas de mayor transversalidad social, pro- A la transparencia presupuestal de políticas públicas sin compadrazgos, pro- a la plena libertad de manifestación con responsabilidad mutua del dejar hacer, (Sociedad Civil-Estado), pro- A la libertad de prensa que realmente, puedan generar evidencia, investigación y critica hacia cualquier acción o personaje público sin tener muertes diarias, pro- todo el peso de la ley quién incumpla quién tengan ilegalidad, trampas, corruptelas tanto por quererle dar 100 varos al poli como por sacar de la cárcel a un líder o político por la fuerza del poder político ante un hecho verificado de corrupción, pro- A la libertad de culto de cualquier religión y no intromisión de ellas a la vida pública, pro- a la erradicación del machismo y micro-machismo que violenta las libertades en hogares y formas de vida de pensamiento fasctisismo, pro- Oportunidades de una igualdad de genero, pro- legalización nacional del matrimonio del mismo sexo, cada quién es libre de amar a quién le de la gana, pro- Derechos Humanos de cualquier persona sin distingo de etnia, condición social, económica, pro- cooperación internacional ante fenómenos de la migración, pro- comunidades autóctonas tengan participación en la vida nacional y en la toma de decisiones, pro globalista, por supuesto que debe haber apertura al mercado internacional, el mundo ha cambiado tanto para un mejor bienestar como para enigmas económicos que se siguen regenerando o reformulando mediante nuevas teorías, hay mucho quehacer para todas y todos los mexicanos, los científicos sociales debemos seguir trabajando ante la reflexión y la acción que surgen día a día en el mundo.
No declaro ni puntualizo que el nuevo gobernante que será nuestro Presidente de México 2018- 2024 es un hombre nato de izquierdas, es un político conservador ante el pensamiento real de izquierdas progresista que se ha moldeado más a los aspectos de raíz social que se vive en una nación. No es un presidente en Pro- de mis ideales, ya que él no es un Socialista Progresista o Socialdemócrata, simplemente es un conservador “liberal” con tintes de la izquierda mexicana postrevolucionaria.
La votación de los mexicanos y mexicanas, no se debió a un debate de quién era mejor entre el candidato Ricardo Anaya, un conservador del partido de Centro Derecha, Partido Acción Nacional o José Antonio Meade, del partido hegemónico que ha estado en el poder por más de 90 años Partido Revolucionario Institucional. Las dos marcas tuvieron un choque con la realidad mexicana a la que actualmente 2018 nos encontramos, no fue el nivel de hartazgo, esto fue solo parte de los ingredientes, la gente salió a votar por un nuevo sueño, y es el sueño mexicano de sentirse orgulloso del país con mejores salarios para los que han estudiado y/o vivieron con sus padres de manera precaria, y no quieren que su futuro se repita, es por quienes han podido viajar por el mundo, conocieron que hay un futuro y la vida de las personas puede ser de mayor placer y felicidad. Es por quienes buscan tener una economía más justa para los más necesitados, pero también de forma responsable en los mercados internacionales, es un voto por los que creen que los tabúes, mitos y prejuicios deben cambiar en el colectivo cultural de las futuras generaciones, es por eso y mucho más.
México nunca pasó del autoritarismo a la democracia como “pasó en España de la dictadura a la democracia en 1978. En España hubo un pacto social, hubo una nueva constitución, hubo una reforma al Estado que abrieron el cambio y camino a la democracia.” Aquí no ha ocurrido ni ocurrirá de esa manera, pero los gobernantes mexicanos actualmente ya tienen referencias internacionales para poder lograr una verdadera democracia desde diferentes trincheras del pueblo. No podemos seguir siendo lo mismo, y me refiero no debemos quedarnos callados en no denuncia un delito real, ya ahorita podemos sacar un aparatito del bosillo y enviar la evidencia a millones de personas, ya no se puede uno callar lo que uno ve por miedo a persecución o a “verse más bonito calladito”.
Los deterioros irreversibles como el aumento a la pobreza, la violencia, el crimen organizado, la impunidad, corrupción en todos los ámbitos sociales e institucionales, ilegalidades, gatopardismo, injusticias, abusos y atropellos contra la sociedad, todo ello nos hizo salir a votar por una transformación social y pasar a un anhelo democrático que llevará tiempo no solo de estos próximos 6 años.
El historiador Lorenzo Meyer hace unos días inició un artículo con estas palabras que estoy totalmente de acuerdo: “No fue esta, la primera insurgencia electoral en México, pero si la primera que obligó a quienes controlan los hilos del poder a reconocer que les sería más peligroso resistir que aceptar la derrota y negociar el cambio.”
La transformación social se tratará de una manifestación de movilización de las clases populares que estuvo trabajando por los últimos cincuenta años mientras en el mundo tenía la erupción de “rebelión de masas” nosotros en la participación política mexicana hemos mantenido cautela y pasividad pero ya no más.
Ya es hora de recuperar como bien lo sintetiza la visión antropológica de Guillermo Bonfil en su (“México Profundo. Una civilización negada, México: Conaculta,1987). En mi interpretación política la recuperación de ese México profundo y la votación por AMLO, es una oportunidad y la primera ocasión en que un movimiento social con orientación a la izquierda, llega al poder. Antes como mencionaría diferentes autores, llega “por la vía de las urnas, pero debió pasar por muchas instancias de violencia y represión”. Como: 1968, 1971, las guerrillas de los 70´s, el levantamiento zapatista de 1994, la masacre de “Aguas Blancas” de 1995, Atenco y la APPO en 2006, Oaxaca en 2016, fraudes disimulados en 1988 y 2006, el 5 de junio 2009, “Los 43 estudiantes”, Socavones políticos y morales, Más 200,000 muertos del 2006 al 2018, 70 secuestros diarios, tener las ciudades más peligrosas de América Latina, ser el peor país pagado de LATAM, más de 50 millones de pobres, más de 40 mil desaparecidos y más 50 mil familias victimas del crimen organizado y un largo pero muy extenso etc, etc. de precariedades y mediocridades que solo podrán verse cuando visiten México o nosotros que vivimos aquí y luchamos diariamente.
La tarea será “heroica” y tendrá muchísimos muros que debemos escalar e ir construyendo puentes de gran solidez con la humildad de conocimientos que por delante deberán ir estableciendo la prioridad que tenemos, y esa es México. Tendremos que ir en conjunto con el nuevo gobierno para demandar como avalar los cambios que se votaron y se necesitan cuanto antes.
Anthony Giddens nos dice que “para que la solidaridad social no zozobre, los derechos siempre deben compensarse con obligaciones “. Tenemos actualmente la obligación de ser coparticipes de una transformación social por el bienestar y futuro de nuestra sociedad mexicana. ¡Sigamos luchando por lo que más queremos!
Aarón Acevedo Palacios.



