¿Libertad de uso de Razón?
“La libertad política, en un ciudadano, es la tranquilidad de espiritu que proviene de la opinión que cada uno tiene de su seguridad y para que se goce de ella, es preciso que sea tal el gobierno que ningún ciudadano tenga motivo de temer a otro.” Charles Louis de Secondat, (Montesquieu, Siglo XVIII) Ha pasado una década que el debate sobre la legalización y la regulación del cannabis llego alcanzar notoriedad pública y fue apartir del año 2000, en inicios del siglo XXI, que un partido emergente propuso formalmente su legalización en su plataforma electoral. A partir de entonces distintos partidos políticos han buscado hacer presente en la arena pública de México abrir a fondo el “tabú” que significa el cannabis para los mexicanos.
Este “tabú” de nombrarla o no hacerlo, palabra prohibida, es mala palabra. Es lo que se ve claramente cuando una persona dice “marihuana”. Así como con todo tabú cambiaran de actitud. Esto viene sucediendo en varias zonas del país desde el sur al norte, como del oriente al occidente que se mantiene cristalizado desde decadas en la opinión pública el peligro del consumo del cannabis.
De la misma manera, en nuestra cultura mexicana no podemos aludir que en México lo prohibido es lo vivido, tanto así que de acuerdo al World Drugs Report 200, México es el principal productor de cannabis en todo el mundo. En 2006 se estimo la cifra de 7,400 toneladas. Los carteles mexicanos que han sido buenos “estudiantes” de “Escuelas Norteamericanas, y Colombianas “.Que geograficamente nos encontramos en un punto sutilmente propicio como territorio de transportación fácil de accesar.
Durante el siglo XX, esta cercania geográfica, económica y cultural a los Estados Unidos influyo de manera determinante en las políticas de drogas en México. No es sino hasta la década de los 80, sin embargo, que el tráfico de cannabis pudo ser considerado como un asunto de verdadera importancia para la seguridad pública del país. Esto se debió en parte al aumento de las presiones para combatirlo por parte de los propios Estados Unidos, pero tambien a la ampliación y la competencia en los mercados ilegales que experimentaron un impulso decidido por la introducción de la cocaina colombiana, fenómeno que aumento los niveles de violencia, de corrupción en distintas agencias de seguridad estatal.
Con este proceso, que en la época también se dio el crecimiento de la demanda de drogas observo una marcada aceleración en los Estados Unidos, fenómeno que acrecento los insentivos para consolidad y expandir el negocio, ya sea fuera o dentro de las fronteras mexicanas. Y ahora tal y como reporta la Encuesta Nacional de Adicciones de 2008, CONADIC.
En ella, se establece “ el cannabis es la droga ilegal de preferencia de la población. Su incidencia acumulada alcanza al 4,2% de los mexicanos entre los 12 y los 65 años, lo que concuerda con el Informe de la Junta Internacional de Estupefacientes de 2009, en el qu se asegura que el “ cannabis es con mucho, la droga usada más comúnmente por los jovenes y los adultos mayores : en 2007, del 3,3% al 4,4% de la población mundial de 15 a 64 años de edad indicó haber utilizado esa sustancia el año anterior.” (ONU; 2009)
Ahora como lo había mencionado anteriormente hace una década, el Estado ya no era capaz de controlar hegemómicamente todas las decisiones del país, y en el año 2000, Vicente Fox, conservador y opositor Partido Accion Nacional, llego a la Presidencia de la República. Con él, los equilibrios antes alcanzados en materia de crimen y drogas parecieron desdibujarse, y ahora la profundización de la violencia en la “guerra contra las drogas” han traido consecuencias muy importantes para sociedad mexicana.
Desde mi perspectiva esta “guerra contra el crimen organizado” siendo casi el slogan que ha utilizado el actual gobierno de México presedido por un colega del Expresidente Vicente Fox, el Presidente Felipe Calderón Hinojosa. A mi parecer el fracaso de esté actual gobierno del Estado mexicano ha sido el desastre al que han llevado las acciones de violencia militar y policial que ha buscado presentar como “lucha contra el narcotráfico”, y que ha sido ocupado como su punto central de gobernanza, dejando atrás los temas “menos importantes” al parecer como: educación, pobreza con más de 40 millones de mexicanos, y empleo.
Tales políticas han provocado en estos años una violación sistemática del gobierno panista a los derechos humanos y es que citando al exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Luis Javier Garrido quien expuso en el periódico La Jornada el pasado 3 de Septiembre sobre el fracaso del actual Presidente de México.
Menciona “que el gobierno que ofreció desde sus inicios atacar el problema de la inseguridad ha creado por el contrario la mayor inseguridad que se recuerde en el país en los últimos 80 años. Ello a suscitado el encono de todos los sectores del país, incluyendo los más conservadores, muchas de cuyas organizaciones se han sumado al reclamo de que Calderón se vaya y deje con sus acciones de dañar a México”
Y es que al parecer al Presidente Calderón le parece prudente y estratégicamente viable, que la utilización ilegal y abusiva de las fuerzas armadas se ha la correcta, ya que para mi perspectiva se ha conducido a una mayor corrupción como una verdadera desintegración tanto del Ejército como de la Armada. La corrupción de militares y marinos que se han dedicado a trabajar para los carteles desde sus propias corporaciones, aunada a las decenas de miles de desertores de ambos cuerpos que han pasado a engrosar las filas del narco, en el manejo de las armas.
Las políticas del Presidente fortalecieron en mucho a la economía… del narco. Se hicieron más activos los carteles y sobre todo se tornaron de grupos medianamente armados en verdaderas organizaciones paramilitares, con elementos y efectivos provenientes del Ejército, y entraron con el gobierno en la espiral de la violencia que se buscaba desde el poder.
La “Guerra de Calderón”, que según todos los análisis ha conducido a un fortalecimiento de los carteles y del negocio del narcotrafico, ha perjudicado por el contrario de manera descomunal a la economía, como llevan cuatro años discutiéndolo tanto analistas como los “hombres de negocios”; de ahí el reclamo airado del pueblo, que incluye también a miles de empresarios.
No olvidando a nuestros paisanos migrantes quiero mencionar que una de las principales reponsabilidades de cualquier Estado: es también garantizar la seguridad de la soberanía nacional. Y al parecer esa responsabilidad se ha perdido, ya que también es muy grave en lo que acontece a los mexicanos del otro lado de la frontera y a los que buscan huir del sistema panista. No se puede desconocer que al contribuir de manera expresa Calderón con sus políticas de violencia a fortalecer la imagen de México como un “Estado Fallido, ha actuado contra los intereses de los migrantes en Estados Unidos, que son ya criminalizados por serlo en diversos estados y por lo mismo a fortalecer el clima de intolerancia.
La expectativa estará en la votación en noviembre proximo, de la “propuesta 19” en California, que se sometera a referendum popular, que plasma la legalización de la producción, la distribución y el consumo de cannabis para mayores de 21 años. Esto no ha pasado inadvertida en el debate nacional y ya son algunas figuras públicas de todos los partidos políticos (incluido el Presidente) las que comienzan a referirse a esta decisión como a una llamada de alerta sobre la necesidad de cambiar la estrategia mexicana.
Finalmente esto será así ya que, ante los costos humanos y materiales que se han producido en los últimos cuatros años más de la mitad del sexenio del régimen Calderonista, de la guerra contra las drogas, - casi 30 mil muertes en su guerra, (más que la de Guerra USA- IRAK)-, se hace cada vez más evidente para la clase política tanto para la ciudadanía, la contradicción de combatir por las armas un fenómeno que ido logrando reconocimiento formal y legal en el principal consumidor de cannabis del mundo.
Ante este contexto, no resultará extraño que la elección del 2010 en México, obliguen a los candidatos a suceder al actual Presidente, a definirse con una postura concreta hacia el cannabis. De acuerdo al analista político y director del Colectivo por una Política Integral Hacia las Drogas, Jorge Javier Romero “ menciona que para atacar el problema de las drogas, es necesaria una política que no criminalice a los consumidores y les quite el mercado de las drogras a los delincuentes. Con ello otros daños como violencia, y tentar encontra de los derechos humanos disminuiría.”
La prohibición no es en nada la solución de este problema, advierte, en países como España, Francia, en donde las adicciones se tratan ofreciendo dosis controladas a los enfermos en lugares establecidos, poco a poco las estadísticas se muestran a favor. Para un nuevo paradigma al respecto del manejo de drogas, son necesarios modelos de políticas públicas que prevengan y desestimulen el consumo.
En la Gran Bretaña la llamada Transform Drug Policy Foundation, desarrolla una reglamentación que diferencia las drogas legales en tres categorías: de peligrosidad baja (marihuana, peyote, hongos alucinógenos); peligrosidad media (cocaína, el MDMA, conocido como éxtasis, los ácidos alucinógenos) y las de peligrosidad alta (opiáceos inyectables).Este modelo contempla una campaña educativa e informativa en el que se exhiben los efectos del uso de sustancias adictivas, incluyendo al alcohol y tabaco, pues a decir de Romero, “no basta decir ‘di no a las drogas’, hay que expresar qué contraindicaciones tiene con el cuerpo y permitir el libre albedrío de los ciudadanos.”.
Poniendo en tela de juicio este análisis sobre la legalización del cannabis, debemos abrir una mesa de debate no solo con puntos de vista académicos o de analistas políticos sino también con opiniones de la ciudadanía y hacer un estudio de lo producente o contraproducente que podría esto resolver varios problemas que nos hacen vivir en “Guerra” y no dejan disfrutar de la Libertad.
*Politologo, Aarón Acevedo Palacios.
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